¿Cuándo el saqueo deja de serlo?

Muchos nos preguntamos qué pasa por las mentes de los individuos que cometen actos delictivos cuando las cosas no pintan bien y nos pasamos mucho tiempo en tratar de averiguar las posibles cáusas que llevan a cometer tales actos.
No es una cuestión de gustos o de pareceres, son actitudes de cada persona las que llevan a un grupo organizado - o que se organizan sobre la marcha - a cometer delincuencia contra terceros por el mero hecho de aprovecharse de la situación en la que se ven apremiados por el factor sorpresa y desesperante.

¿Saqueo justificado?

Bajo ningún concepto lógico estará justificado el hecho de robar a una tercera persona sus posesiones privadas.

Acostumbrados a las películas hollywoodienses, dónde a la mínima que ocurra alguna desgracia se ve al típico grupo robando para "subsistir", se observa que los enseres que sustraen son para la supervivencia de la persona o grupo. Tales objetos les serán de mucha utilidad teniendo en cuenta de que si por un caso extremo - y supuesto - se diera el fin de la civilización, ¿qué harán con un televisor plano de 50 pulgadas? Eso es robo, saqueo y pillaje de toda la vida, donde por mucho que quieras justificar la situación, nunca es un acto válido si tu principal motivo del robo es sustraer un objeto carente de prioridad como pueden ser los alimentos, productos de higiene o medicamentos. 

La naturaleza del ser humano es muy rara y en situaciones extremas es dónde peor lucen. Menos mal que quedan muchas personas honorables y altruistas que buscan la mejor solución para las desgracias y que luego ni siquieran son reconocidas por organismos oficiales, ni premiadas con unas palabras de agradecimiento por su labor en tareas de rescate, por ejemplo.

Según las circunstancias

No voy a pretender ser realista todos los días de mi vida, sinceramente. Ahora mismo escribo esta entrada al blog desde una posición cómoda - y no es por la silla/butaca que tengo para el ordenador - en la que mis únicos temores vienen cada mes para pagar las facturas. Si mañana se diera el caso en el que la situación de España se tornara violenta y no hubiera un control por parte del gobierno para paliar la situación tal vez otro gallo cantaría.

Ahora mismo poseo alimentos y medicina para aguantar tal vez un par de meses y eso tirando por lo alto, tal vez me quede corto de suministro sino empiezo a racionar la comida a las primeras horas de que ocurra un escenario de emergencia. Si se diera el caso y mi organización para con los suministros básicos se viera mermada en el plazo que tengo estimado - 2 o 3 meses según el racionamiento -, tal vez tendría que recurrir a las cosas inmorales que vengo reportando a lo largo y ancho del blog. Sería romper con mis principios y con mi forma de vida, pero estamos hablando de una situación hipotética tan grave que tendría que mirar por mi familia antes que por ello.

Es evidente que no pretendo fomentar ni mucho menos el robo - si, es robo sea en la situación que sea- pero es que estamos hablando de que en una situación extrema tengamos que elegir qué cual es la prioridad frente a la inmoralidad.

Si en el plazo establecido - 72 horas - tras una desgracia las autoridades no han acudido a prestar ayuda en tu zona y has quedado atrapado o por seguridad prefieres permanecer en tu refugio principal - casa, campo, etcétera -, te tendrías que empezar a preocupar seriamente porque tal vez hayan pasado de todas las cosas que te antes no te podrías ni imaginar. Contamos con el factor de la comunicación mediante la cual podemos - o no - estar informado de la situación, pero conociendo las pautas que rigen los gobernantes para evitar caer en el alarmismo y en la desesperación, estamos contra la pared de cara a ello. El ejemplo lo he podido vivir cuando Málaga se inundó debido a las lluvias torrenciales y es que ningún medio local ni nacional comentó nada al respecto hasta que pasaron las horas y todo quedó en calma. 

Si pasado el tiempo que tienes pensado que resistirás con tus suministros observas que tienes que ir a comprar más suministros, has de hacerlo sin dudarlo por un instante. Porque tal vez las cosas puedan ponerse bastante feas y más tarde te arrepentirás de no haberlo hecho antes. 

Pero tal vez cuando salgáis de vuestro refugio para ir a por suministros, las tiendas locales de tu barrio puede que ya hayan sido saqueadas por los delincuentes o que éstos hayan quemado los establecimientos para que nadie pueda tener una oportunidad. Todo es posible dadas las circunstancias.

Tenemos un ejemplo de esto con los relatos que reportan los ciudadanos de Venezuela. Cuando más afectó la crisis de los alimentos, los que tenían ahorros suficientes no se lo pensaron dos veces y acudieron a los comercios para hacerse acopio de víveres y productos de primera necesidad. Más tarde, cuando el gobierno perdió el control, los recursos eran imposible de ser obtenido de primera instancia y había que recurrir al mercado negro para poder obtener un mísero rollo de papel higiénico, dónde se pagaba un sobrecoste bastante importante para las familias afectadas y mucho peor para las personas sin recursos.

Los cacos no vieron el momento en el que hacerse con todo el inventario de las tiendas para poder mercadear con todo lo robado. En una situación límite las familias no van a preguntar cual es la procedencia de los productos que quieren adquirir pues, lo que realmente les preocupan, es que puedan adquirirlo. Aunque muchos han tenido que vender productos personales para poder adquirir lácteos, pan, azúcar o papel higiénico.

Se podría ver evitado, pero no es algo que esté en nuestras manos como ciudadanos, pero si que nos dejan en las manos de las peores personas que puedan haber en un momento de crisis humanitaria. Y no me estoy refiriendo a los saqueadores; sino a los políticos que son incapaces de darnos soluciones ni en las peores situaciones de vida.

Robar es robar. Y nunca ha de fomentarse la práctica. Pero si se da el caso y hay que recurrir a ella, atento a las consecuencias que puedan acarrearte.