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20 maravillas naturales europeas


Playa, dunas, marisma. El parque nacional de Doñana, entre Huelva, Sevilla y Cádiz, es una confluencia de ecosistemas donde habitan cinco especies de aves en peligro de extinción, una de las mayores poblaciones de garzas de la región mediterránea y más de medio millón de aves acuáticas que pasan aquí el invierno. Además del lince ibérico.






Para saber cómo era la vegetación en la Era Terciaria no hay más que viajar a la isla de La Gomera, en Canarias, y visitar el parque nacional de Garajonay, surcado de manantiales y arroyos, y envuelto en una característica bruma húmeda. Su laurisilva o selva de laureles cubre más de la mitad de su superficie.





Situado en Tenerife, el Teide es el pico más elevado de España (3.718 metros sobre el nivel del mar) y, según se calcula, el tercer volcán más alto del planeta (7.500 metros sobre el fondo oceánico). Impone con su paisaje volcánico y su característico mar de nubes, y el parque nacional que lo engloba es el hábitat de 168 especies vegetales, 50 de ellas, endémicas.





A lo largo de los siglos, las erupciones del Etna, en Sicilia, el volcán activo más alto de Europa y uno de los más grandes del mundo, han transformado su entorno en un paisaje lunar, que contrasta con el verde de las viñas y huertos que se extienden a lo largo de sus laderas. Está considerado un laboratorio natural de zonas volcánicas.





Los montes Dolomitas (Italia), en los Alpes orientales, se caracterizan por sus amables y grandes valles cubiertos de prados y zonas boscosas, flanqueados por abruptas paredes de roca con sus pedregales ('ghiaioni'). Arriba, picos como la Marmolada (más de 3.300 metros de altitud); abajo, pueblos turísticos como Cortina d'Ampezzo.





Montañas, valles y glaciares constituyen el conjunto Jungfrau-Aletsch, en Suiza, quizás el mejor ejemplo de la formación de los Altos Alpes. Riquísimo en ecosistemas y con varias etapas de vegetación, incluye la mayor parte de la superficie helada de esta cordillera, y el mayor glaciar de Euroasia.





Baja la marea y el agua se retira dejando al descubierto una enorme planicie arenosa. Es el Mar de Wadden, entre las islas Frisias y el Mar del Norte por un lado, y la costa alemana, neerlandesa y danesa por otro: una llanura de marea, un humedal muy rico en vida y lugar de paso de cientos de miles de aves migratorias.





Los lagos Plitvice, en Croacia, se encuentran dentro de la zona que se puede visitar (mediante senderos y puentes de madera) del parque nacional del mismo nombre: 16 lagos a diferentes altitudes, conectados por cascadas y rodeados de bosques, sobre todo hayedos. En este parque viven osos, lobos y numerosas especies raras de aves.





A unos 250 kilómetros al norte del Círculo Polar Ártico, en la costa occidental de Groenlandia, el glaciar Sermeq Kujalleq (uno de los más activos y rápidos del mundo) desemboca en el mar por el fiordo helado de Ilulissat, lleno de icebergs, con un estruendo sobrecogedor. Un espectáculo para la vista y para el oído.





El cañón del Tara, 80 kilómetros de longitud y 1.300 metros de profundidad, el segundo más grande del mundo tras el de Colorado (Arizona), recorre, junto con otros dos cañones, el Parque Nacional Durmitor (República de Montenegro), formado por glaciares. Ríos y corrientes subterráneas, bosques de pinos, lagos y una rica flora endémica.






Los fiordos de Geirangerfjord y Nærøyfjord (en la foto) están situados a 120 kilómetros de distancia entre sí, en la costa suroeste de Noruega, y figuran entre los mayores del mundo: sus paredes de roca cristalina emergen de la superficie del mar desde una profundidad de 500 metros y se elevan hasta 1.400 metros de altitud. Rodeados de cascadas y frondosa vegetación.






El 14 de noviembre de 1963 emergió a la superficie una isla formada a partir de una erupción volcánica iniciada a 130 metros por debajo del nivel del mar. La isla de Surt, a unos 32 kilómetros al sur de Islandia, es un laboratorio natural para investigar cómo la vida ha ido colonizando una porción de tierra estéril.





Polonia y Bielorrusia se reparten el bosque primario de Białowieża, uno de los últimos espacios vírgenes de Europa, con auténticos monumentos vegetales de más de 50 metros de altura y medio milenio de antigüedad. Fresnos, robles, tilos, olmos, alisos, salpicados de árboles de hoja perenne, conforman el hábitat del casi extinguido bisonte europeo.




La laurisilva de la isla de Madeira (Portugal), la mayor de su género, está considerada una reliquia de este tipo de bosque, hoy casi desaparecido, y un centro de biodiversidad vegetal: helechos, plantas con flores raras y endémicas. También es endémica de la zona la paloma torcaz de Madeira.





El enfriamiento relativamente rápido de lava en una caldera volcánica dio como resultado, hace 60 millones de años, la formación de unas 40.000 columnas de basalto en la costa norte del condado de Antrim, en Irlanda del Norte: es la llamada Calzada del Gigante, inspiradora de leyendas y paraíso de senderistas.





El litoral de Dorset y del este de Devon (Inglaterra, Reino Unido), presenta acantilados con formaciones rocosas que se extienden a lo largo de 153 kilómetros de la costa sur de Inglaterra, sobre el Canal de la Mancha, y que pueden recorrerse en su totalidad a través del llamado Sendero de la Costa Sudoeste. Constituyen un importante sitio fosilífero.





El Danubio desemboca en el Mar Negro abriéndose en una red de canales que vertebran un paisaje de marismas. Lagos, islas cubiertas de cañaverales y carrizales, zonas pantanosas y bosques de ribera que se inundan en primavera y en otoño integran el delta del gran río europeo, en Rumanía. Un paraíso de plantas, peces y aves, entre ellas muchas migratorias que acuden a anidar.





Lagos, cascadas, grutas, praderas alpinas y bosques de coníferas (entre ellos de abeto blanco y negro) se extienden por el macizo montañoso de Pirin, al suroeste de Bulgaria, un paisaje típico de las zonas kársticas de los Balcanes. Su cumbre más alta, el pico Vihren, es de mármol blanco.





Las grutas de Škocjan forman un sistema de cuevas calizas atravesado por el río Reka, con una red de galerías de seis kilómetros de longitud, a más de 200 metros de profundidad, en la región de Kras (Karst), en Eslovenia, que ha dado su nombre a este tipo de formaciones geológicas. La Cámara Martelova tiene más de 120 metros de ancho, 300 de longitud y 146 metros de altura.





Ejemplo de monte bajo mediterráneo sobrevolado por gaviotas, cormoranes y águilas marinas, el Golfo de Porto -que incluye la cala de Piana, el golfo de Girolata y la reserva de Scandola- está ubicado al sur del parque natural regional de Córcega. Acantilados de roca negra alternados con vetas de granito rojo, islotes y grutas inaccesibles con aguas muy ricas en biodiversidad.

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