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Inundaciones en Málaga

Autobús atrapado en medio de las aguas
Ayer estrenábamos el blog con una entrada en la que os escribía sobre las malas actuaciones y faltas de previsiones sobre escenarios catastróficos. Hoy se ha confirmado lo que dije ayer tras ver las consecuencias de las tremendas inundaciones que han azotado mi ciudad en menos de 24 horas.
No estamos preparados para eventualidades de grandes magnitudes como las que han acaecido a la ciudad de Málaga durante todo el día de hoy que, a muchos de los afectados y evacuados por la Guardia Civil les ha sorprendido las aguas en sus domicilios y lugares de trabajo.


Fallan las cosas

Por desgracia, durante la jornada de agua que ha caído en la ciudad, ha fallecido una mujer de origen rumano de 23 años de edad en la localidad de Estepona al verse atrapada en la planta baja de su lugar de trabajo. Esa muerte podría verse evitado si hubiera una información completa de previsiones y de seguridad ante éstos escenarios. Según amigos y familiares de la víctima, ésta tuvo la ocasión de avisarles por teléfono de lo que estaba viendo y por desconocimiento no abandonó el lugar por el miedo de la situación que estaba presenciando.
Una amiga de la fallecida dijo a los medios que el local tenía dos salidas en la que podía ver escapado con vida y pese a ello, se quedó en el lugar.

Tengo que ponerme en la situación de esa mujer y no puedo imaginarme el miedo que tendría para que en lugar de escapar de esa tumba, se quedara esperando a que la ayudaran.

Bomberos acuden para sacar el cuerpo de la jóven

La dependencia

Un ciudadano con conocimientos en situaciones de emergencia puede disminuir las consecuencias del escenario que presencie. No somos militares entrenados para la supervivencia pero añadir un poco de conocimiento a nuestra biblioteca mental puede reducir la dependencia que tenemos siempre presente sobre los equipos de rescate y la imperiosa necesidad de acudir a ellos al más mínimo suspiro.
Con una persona entrenada no me refiero a que día a día esté entrenándose para situaciones de riesgo y similares - ya que para ello, hemos de simular las situaciones para la que nos preparamos - sino una persona que en su tiempo libre o de ocio, dedica unos minutos a leer sobre cómo actuar de modo seguro en los escenarios a los que quiera dedicar su preparación.
Una persona con una mínima preparación en eventos catastróficos puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte. Cada uno de nosotros sabemos lo que pasa en nuestra zona cuando sacude el evento oportuno habitual y pese a que cada "X" tiempo se repite, seguimos siendo sorprendidos por seguir desinformados y por no estar preparados ante la eventualidad. 
Podemos estar preparados para una inundación, porque es lo habitual por ejemplo, y no podemos estarlo ante un terremoto. En mi caso, hace unos meses sufrimos un temblor bastante notable - y que me despertó de la cama - en la ciudad de Málaga y me quedé sin poder reaccionar debido a que no sabía cómo actuar en caso de ir a más dicho temblor. El estrés del momento pudo conmigo durante unos instantes pero supe reaccionar alertando a mis familiares allí presentes de que se colocaran justo debajo de la puerta de la habitación - cuerpo de hierro antiguo, no de madera - por si dado el caso, las paredes se vieran afectadas. 
Mientras duraba el temblor, podía escuchar cómo los vecinos salían de sus casas y corrían en masa hacia la plaza de la calle, reunidos en comuna. Mi calle está rodeada de edificios de 15 pisos y si el temblor hubiera sido más fuerte de lo que fue, tal vez los edificios hubieran desprendido cascotes y objetos, poniendo en serio peligro a los vecinos allí reunidos.

Ante toda aquella situación, viendo que no habían daños ni afectados, más allá del susto del momento, no llamé a las autoridades para denunciar el temblor para así aliviar la carga en las centralitas para que pudieran atender a los que realmente estuvieran afectados. 

Mal informados

Si a todo lo vivido le sumamos la mala información por parte de las autoridades y medios de comunicación, el desenlace lo podemos imaginar sin siquiera saber las consecuencias reales. La alerta roja fue anunciada cuando ya estaban atrapados los afectados por las inundaciones, que la gran mayoría tuvieron que ser evacuados mediante helicópteros de la Guardia Civil. 
La poca información por los organismos encargados de informar a la población para la meteorología ha demostrado ser poco eficaz y una vez más los que pagamos las consecuencias somos los de siempre. Un sistema que debería de ser puntero y dar los partes meteorológicos con poco margen de error es lo que tendríamos que tener en España. Estamos acostumbrados a climas cálidos en el sur de España incluso en invierno, pero no por ello hemos de estar acomodados a dichos climas porque lo normal es que en invierno llueva, granice o nieve en los picos altos de las montañas. Cuando pasamos meses y meses sin que una nube nos deje caer gotas de agua, lo normal es esperar a que en cualquier momento se descargue una tromba de agua con consecuencias desastrosas, como las de hoy. 

Un sistema como el NOAA norteamericano, que avisa a la población con antelación ante escenarios catastróficos es lo que tendríamos que importar a Europa. Un sistema que da a la población datos precisos en tiempo real y con alertas sonoras mediante dispositvos tan conocidos como la radio o la televisión. Dispongo de una radio base "Midland Base Camp" la cual viene equipada con dicha opción y frecuencia de alerta sonora para tornados, huracanes, incendios, inundaciones y un largo etcétera de usos. Evidentemente en mi caso es una opción inútil ya que no existe disponibilidad en Europa para poder hacer uso del sistema NOAA, ya que sólo emiten en el norte de México, Estados Unidos y Canadá.



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